domingo, 7 de junio de 2009

Fecha 7: 31/05/2009


Gorogoro


Luego de que la mujer se alejó con Jin, Ryuichi cargó a Mugen sobre sus hombros y se marchó de allí, Iashiro fue con él.

*****

La habitación donde habíamos combatido ahora era un reguero de muertos, todo estaba cubierto de sangre. Vimos por la ventana que a lo lejos comenzaban a acercarse muchos puntos de luz. Teníamos que irnos de allí.
El primero en salir fue Makasuki, y a pesar de que intentó hacerse pasar por un extranjero que solo iba allí a beber y a disfrutar de los placeres que brindaban sus bellas mujeres no le creyeron y se lo llevaron prisionero.
-Acá hubo un combate- dijo un guardia.
-El ganador salta a la vista- le respondió su compañero.
-¡¡Él, él tuvo que ver en todo esto!! ¡¡Tú estabas con ellos!!- uno de los hombres que nos había visto llegar, creo que fue el gordo de la entrada, dejó a Makasuki en una situación bastante difícil.
Mientras Taiga se preguntaba como íbamos a salir de allí les dije:
-No hablen, o se romperá el hechizo.
Nos hice invisible a todos, y cuando fui a hacerlo con Shun me di cuenta de que ya no estaba. Ya había hecho lo propio él mismo.
Había que ayudar a Makasuki, y el plan de Shun fue bastante simple: arrojaba una bomba y en el desastre salíamos todos de allí, llevándonos también a Makasuki.
Hinokagisume fue contra el gordo y un golpe de su espada lo dejó muerto sobre el suelo de la posada. Shun arrojó la bomba y todo fue un caos, Sosuke avivaba el fuego mientras Shun me agarraba por la muñeca y todos corríamos hacia la salida.
Cuando llegamos al lugar del campamento Iashiro nos esperaba en la entrada, estaba vestido con un kimono ceremonial, mejor peinado y arreglado de lo que lo había visto nunca. Cincuenta hombres de su guardia lo acompañaban.
-Escóndanse- nos dijo mientras esperaba a la comitiva que nos estaba siguiendo.

*****

-Presumo que estoy muerto- dijo Mugen, y luego escupió en el suelo. Estaba atado de pies y manos, y sangraba.
Ryuichi lo estabilizó.
-Pensé que al irme me ibas a dejar en paz.
-No tenemos nada que hablar vos y yo, por ahora.
-al menos abrís la boca para algo más que comer.

*****

Cuando llegaron los hombres de Minao nuestro comandante habló con ellos, les dijo que sus hombres seguramente estaban borrachos. Se disculpó formalmente y ellos le pidieron un “compensación” para las familias de los muertos.
-Las familias serán recompensadas- dijo Iashiro.
-Enviaremos mañana a nuestro magistrado por el acuerdo económico.
Era una ciudad neutral, todo allí se manejaba con el dinero. Una vez que eso estuvo arreglado, se marcharon.
Yo aproveché para ir a bañarme, estaba cubierta en sangre y me habían herido, así que también utilicé ese tiempo para curar mis heridas.
Luego nos reunimos todos nuevamente con el comandante, que pidió un detalle de la misión. Taiga le relató lo ocurrido, y Ryuichi, que había dejado al prisionero a cargo de uno de los hombres del campamento, dijo que él no estaría dispuesto a hablar.
-No crea nada de lo que él dice- le anunció Taiga.
La reunión iba a continuar en la tienda del prisionero. Parecía que él no se acordaba de ciertas cosas, quizás por eso lo habían dejado con nosotros, quizás le habían borrado algunos recuerdos.
La charla con Mugen fue extraña, el comandante hizo todo lo contrario a lo que le habían dicho, parecía confiar en ese extraño. Igualmente sus palabras eran bastante convincentes. Dijo que los tigres no se iban a aliar nunca, que ellos estaban esperando sus acciones para proseguir. Siao había influido en nuestro shogun lo que nos había llevado a combatir en ese lugar.
-Vuestro shogun… le gusta el dinero al muchacho- agregó.
Y lo que ya todos estábamos esperando por fin salió a la luz. Era evidente que él mismo se había dejado capturar:
-Me dejé capturar por otra razón… queremos hacerles otra propuesta. Nosotros también estamos convencidos de que hay que eliminar a los señores de la muerte.
Akemi lo golpeó y le preguntó:
-¿Cómo lo supo?
-Porque yo también tengo mis informantes.
Y eso fue suficiente para armar un lío, solamente estábamos allí el estado mayor cuando se comentaban esas cosas ¿había un espía dentro de nuestro mismo grupo? Una vez más Iashiro nos reunió a todos los que estuvimos en la reunión y fue directo al grano.
-Bueno, parece que tenemos un espía.
-Quizás lo hayan hecho con un conjuro- dijo sabiamente Sousuke.
-¿Se puede hacer algo así?
-Creo que no se puede hacer- dijo Shirahime- al menos no como nosotros sabemos.
Entonces decidí hablar con los kamis. Les pregunté si había alguien en esos momentos queriendo escuchar nuestra conversación. Ellos me dijeron que no, con esa voz tenue y susurrante. Les pedí por favor que me avisaran si alguien quería escucharnos. Me dijeron que lo harían pero que no olvidara realizar un ritual bajo la lluvia.
“Será hecho” les dije.
Cuando volví a escuchar estaban votando para ver qué hacer con el prisionero, había dos opciones, matarlo o usarlo para que nos guiara en territorio de los señores de la muerte. Ryuichi y Taiga votaban a favor de la primera opción, los demás no estábamos tan seguros.
En ese momento los kamis me avisaron que alguien estaba rompiendo la barrera.
-Comandante, decidan rápido porque están queriendo entrar para escucharnos.
En ese momento escuché la voz de un hombre, dijo ser de la facción Huang Ma Pen y me contactaba porque quería hablar con nosotros. Al menos supimos que no había ningún espía entre nosotros, que ellos habían podido escucharnos anteriormente y por eso sabían nuestros movimientos. Le avisé al comandante y quité la barrera.
El hombre era una especie de “ministro de magia” nos había contactado porque quería negociar la liberación de Mugen. Nos dijo que podía enviar a dos personas para que nos acompañaran, junto a Mugen, a llevarnos hasta tierras de Daigotsu, el líder de los señores de la muerte y señor de las tierras de las sombras en el sur.
“Daigotsu no es inmortal, pero nosotros no tenemos armas para combatir contra él y sus siete asuras” Era cierto, allí no había jade en abundancia para poder hacerle frente, y nosotros habíamos traído, no sé si suficiente, pero bastante.
-Quiero hablar con usted personalmente- dijo Iashiro.
Él envió directamente a su señora, Siao, la mujer ciega, esposa de Mugen. Un sello mágico se dibujó en el suelo y una flor abrió sus pétalos para que nos encontráramos frente a frente a ella.
El plan era simple, iríamos con Siao, Jin y Mugen a territorio de los señores de la muerte, limpiaríamos la cadena de mando y nos iríamos. Sería un grupo pequeño, de no más de cincuenta personas. Llevaríamos a los mejores shugenjas, y a los mejores guerreros.
-Tú te quedarás a cargo del ejército- le dijo Iashiro a su mujer.
Shun en un momento de la conversación le dijo “Akemi-chan” a lo que ella le respondió “Shun-kun” no recuerdo que fue porque vi que Iashiro ponía su mano sobre la katana y yo hacía aparecer en las mías un yari de aire.
-Shun y yo somos primos, él es hijo de una prima mía.
A la cruzada se sumaría Gorogoro, llevaríamos con nosotros a diez Moto liderados por Munehime Moto, ocho shugenjas, dos arqueros avispa, dos daidouji shojinbo, dos Matsu berserker y cuatro escorpiones “especialistas”.
Akemi le pidió a Makasuki que me protegiera, porque ella no iba a ir, el ejército iba a quedar bajo su mando.

*****

Luego de la reunión fui a ver a Shun a su tienda.
-No sabía que eras pariente de Akemi…
-Podrías no haber reaccionado sacando una lanza e intentando matarme…
-Lo de la lanza fue inconsciente…
Él me tomó del mentón y me dijo.
-Sabés que solo te quiero a vos.
Nos besamos. Él sabía que por más que yo reaccionara así ya me tenía totalmente dominada y a sus pies.

*****

Ryuichi fue a hablar con Siao. Ella le dijo que su hijo habló mucho de él, pero que sabía que nunca iba a perdonarle el haber matado a su maestro, y figura importante de su clan.
-La muerte no soluciona nada, solo fertiliza la tierra- le dijo ella.
-Díselo a la familia del maestro, díselo a mi familia- le dijo él.
*****

Mientras Taiga fue a tomar sake con Jin.
-¿Juega shogi?- le preguntó el dragón.
-Sí, ¿empiezo yo?
-Como siempre.
El partido fue muy trabado, mientras conversaban las piezas se movían de un lugar a otro, sin que ninguno tomara una ventaja definitiva sobre el otro. Finalmente Jin ganó la partida.
-Segunda vez que gano. Quizás deberías conseguirte otro jugador, o dos jugadores.
-Si pudiera poner el doble de fichas la partida sería otra cosa.
-Pero seguiría empezando yo.

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